SECCIÓN NACIONAL

jueves, 15 de mayo de 2008

COMO LEVANTAR Y CONSTRUIR UN NUEVO PARTIDO DE LOS TRABAJADORES

Andrés Aravena, Socialismo Revolucionario CIT. Marzo 2006.

El "mal menor" se ha convertido para muchos en una verdadera táctica política que solo revela el fracaso de la izquierda tradicional por defender y ponerse a la cabeza del movimiento, la lucha y las demandas - no solo económicas - de los trabajadores.

La izquierda tradicional y en particular el Partido Comunista hoy demuestran su total falta de confianza en el rol que los trabajadores asalariados, incluyendo a los pensionados, los desempleados, los que no tienen nada y la juventud tienen que cumplir para hacer de la actual una sociedad mejor y feliz. En cambio han optado por seguir apoyando la receta de la zanahoria por el miedo al garrote. La derecha NO, pero tampoco la Concertación.

Un nuevo giro a la derecha de dirigentes de izquierda

El comité central del PC y algunos caudillos seudo-izquierdistas como Pavez, con una pata dentro de la concertación y otra fuera por si las cosas, quizás tengan razón en que un voto nulo solo ayudaría a la derecha cuando se hiciera el conteo de sufragios. Lamentablemente su lógica mezquina solo demuestra la impotencia de un sector que tiene muy poco que ofrecer, aparte de la táctica electoral y ahora último la vieja fórmula que intenta darnos a elegir entre dos bebidas cola o por el mal menor. Esta claro que este sector, representante de la izquierda tradicional, no tiene ninguna intención por ponerse a la cabeza de un movimiento que traiga a escena y defienda los sueños y demandas de los trabajadores y la juventud.

Rompiendo el statu quo de Derecha y Concertación

Que bueno que un sector importante de militantes comunistas de base y sobre todo jóvenes, se hayan opuesto al llamado a votar por Bachelet que hizo el comité central del partido, aunque esta oposición no solo debiera reflejarse solamente con opiniones de malestar a través de declaraciones on line.

Queda al descubierto con esta lamentable crisis en el PC que la discusión y el debate de ideas es algo ajeno en su interior. Una declaración del comunal Recoleta de la jjcc es tan diametralmente opuesta a la política que plantea la dirección del PC que a primera vista da la impresión que en el partido y específicamente en su base, existiera una verdadera corriente revolucionaria de jóvenes y trabajadores militantes que se esfuerzan para que el partido que ayudo a levantar Recabarren retome los principios de clase que dieron vida al partido obrero, que se consolido en las primeras décadas del siglo XX y apoyo la primera revolución obrera triunfante en Rusia de 1917,a tal punto que adopto también como en el resto del mundo el nombre de partido comunista.

Es muy valioso que las críticas y la oposición de estos compañeros por fin se hayan expresado, pero seria aun más importante que los compañeros llevaran sus demandas más allá de la actual coyuntura electoral. El problema que enfrentan muchos militantes jóvenes, de clase trabajadora y revolucionarios del partido comunista es el mismo que enfrentamos todos quienes estamos en la parada por una mejor sociedad y esto es ¿como poner fin al capitalismo? ¿Como levantar una alternativa revolucionaria y socialista que se oponga decididamente a los actuales bloques que tiene la elite dominante para seguir gobernando e imponiendo sus reglas?

Ojala que los compañeros que en el PC y de otras organizaciones de izquierda que decidieron votar nulo den una efectiva lucha por defender su posición, con debate, con ideas y con la valentía de quienes han sacado conclusiones correctas de la experiencia reciente en la alianza Juntos Podemos.

Conclusiones que también debieran abarcar –¿por que no?- toda la historia de lo que significo el estalinismo, que tanto daño hizo a la lucha por el socialismo democrático y revolucionario mundial. Todo nuestro apoyo para que las ideas sean presentadas y debatidas democráticamente y no bajo la forma de centralismo burocrático que tanto daño le hace, no solo al PC, si no a casi toda la izquierda, sea esta, liberal, socialdemócrata, reformista o nacionalista radical.

Se abre espacio para comenzar a sentar las bases de un nuevo partido de trabajadores

El concepto de partido, para muchos que no apoyamos la política del PC o para quienes ya han salido decepcionados de este y de otros partidos y organizaciones políticas de izquierda o formaciones sindicales de trabajadores y sobre todo para quienes no han pasado por la experiencia de participar en una organización política; un partido suena lejano… burocrático y con razón, es rechazado o en el mejor de los casos se asume una actitud escéptica.

Pero a pesar de todo, hay algo en que todos estamos de acuerdo; y es que en la actualidad los trabajadores no tenemos una representación política definida y decidida.

De cara al proceso electoral, va quedando cada vez más clara e imperiosa la necesidad de unirnos. Si este paso no lo comenzamos a dar seguiremos esperando que sea, en el mejor de los casos, con las migajas que quieran entregar los políticos de la Concertación –en una alianza estéril con parte de la izquierda tradicional - la única forma para conseguir alguna concesión para la clase, a cambio – claro esta - de los votos para que ellos sigan manteniendo sus privilegios, suculentos sueldos, sobresueldos, subsidios, etc. Y sigan de manera directa o indirecta cuidándoles los intereses a la derecha y a los empresarios.

Juntos podemos

La decisión de votar nulo por parte de la abrumadora mayoría de las organizaciones que componen el Juntos Podemos demuestra que ya comienza a terminar un periodo donde el miedo a la derecha en el gobierno era la palanca con que los dirigentes de la Concertación realizaban un chantaje que efectivamente había logrado resultados. Como lo demostró la anterior elección con Lagos-Lavín.

Dada su composición y en viendo el impasse causado por la decisión de una de sus mayores organizaciones de apoyar al oficialismo, la alianza Juntos Podemos se enfrenta a su mayor prueba; mantener una política y acción común en un periodo donde no habrá campaña electoral.

El gran desafío esta en el periodo que viene, determinado por factores como la política económica que un nuevo gobierno de la Concertación tome frente a las presiones de los sectores exportadores, los gremios comerciales, los empresarios de la educación, la salud y la previsión, los colegios profesionales, los empleados fiscales, los mediambientalistas y, lo más importante; el movimiento sindical y la clase trabajadora en general. Todo esto ante una situación económica marcada por un lado por los espectaculares ingresos – a Codelco y principalmente a las empresas privadas- por la venta del cobre, además de las enormes utilidades que ha obtenido la burguesía exportadora en general, la del sector financiero, de las empresas de la salud y de las AFP.

Y por el otro lado, se mantienen los sueldos bajos para la mayoría de la población, que obligan a muchos trabajadores a tener que conseguir dos trabajos a la vez o a trabajar agobiantes jornadas de 12, 13, 14 y más horas al día para costear, en muchos casos vía tarjetas de crédito y prestamos, los gastos de consumo para mantener los niveles de vida que ha obligado a generar la burguesía con su "libre mercado".

La fiesta en Casa Piedra seguirá, y puede que de a poco los fiesteros en su borrachera neoliberal comiencen a mirar hacia los ventanales y se encuentren con el río Mapocho, comenzando a parlotear sobre la desigualdad y la pobreza. Un borracho ya ha salido hablando en los medios, y a Felipe Lamarca si que se le callo el tarro.

¿Un nuevo escenario político?

Un eventual nuevo gobierno de la Concertación, con un parlamento que tras el 11 de diciembre ha cambiado su composición con mayoría de la alianza oficialista: ¿pondrá a prueba por primera vez si la gran excusa que han usado sus políticos de cara a las masas para justificar su incapacidad de llevar a cabo el programa original con el que se derroto a la dictadura a fines de los años 80, se debía solo a que la derecha era mayoría en el Senado? Absolutamente, y veremos como la Concertación con todo brillo demostrara que no solo es la alianza de partidos que administró y perfecciono el sistema económico impuesto por la derecha y sus militares, sino también que será la encargada de "corregir" en palabras del Presidente de la DC el mismo "modelo" capitalista.

Un neoliberalismo amable

Esta corrección de la que habla la elite dominante chilena no tiene nada que ver con el freno que han dado, a través de poderosos movimientos sociales, estallidos sociales, cuasi-insurrecciones y apoyando en elecciones a nuevos gobiernos las masas de otros países latinoamericanos a las políticas neoliberales impuestas por sus clases dominantes, freno que sin duda tienen un fuerte componente anti-imperialista.

El rol principal del retroceso que han tenido las políticas neoliberales en el resto del continente lo han cumplido los trabajadores, los campesinos y los jóvenes pobres, en su gran mayoría de origen indígena y esto ultimo sin duda que ha dado una mística e impulso tremendo a la lucha contra el capitalismo.

Corregir el modelo, es el mejor nombre que un preocupado sector de burguesía chilena le ha dado a su conclusión de que si no hace algún ajuste desde arriba podría correr el riesgo de terminar como De la Rua en Argentina o Sánchez de Lozada en Bolivia. Es paradójico pero la derecha es la única que podía garantizar continuidad al gobierno de Lagos. Los niveles de ingreso que tiene el fisco, con un superávit fiscal que llega a los 2,3 mil millones de dólares, son sin duda un jugoso fruto que la derecha podría haber saboreado y usar un porcentaje para programas sociales o dinero para los pobres. Todo esto sin tocarle ni un pelo a los empresarios (ellos mismos).

La Concertación en cambio, como tiene pendiente varios problemas políticos que no ha querido cumplir y en vista de su mayoría en el senado, tras el triunfo de su candidata estará más presionada y tendrá que vérselas con las AFP o las Isapres de una manera más confrontacional,que por supuesto será mas ruido que nueces. Esta presión sin embargo hará que al interior de la alianza comience a fortalecerse una corriente reformista, que con el apoyo y la intención del PC, podría dar paso a un eventual quiebre. Aunque solo será una corriente mas bien ligada al parlamento, a sectores periféricos de la Concertación, otros que han puesto un pie en la izquierda y otro en el oficialismo, así como figuras del PC que ya han planteado la creación de una nueva centro-izquierda. En lo que respecta a la política del gobierno, la figura de Bachelet es verdad que ha despertado mucho entusiasmo a nivel social y de género, pero no le será difícil adaptarse a la estructura del capitalismo local, su propia campaña fue una adaptación al tipo de publicidad que viene utilizando la burguesía socialdemocracia mundial, particularmente en Europa.

Como en todo nuevo gobierno habrán para la foto y las declaraciones algunas caras nuevas, pero esta claro que los mismos que financiaron la campaña de Bachelet seguirán pagando la orquesta. Incluso no es descartable que dirigentes como Andrés Zaldívar o Carmen Frei ocupen algún ministerio.

La dirigencia de la Democracia Cristiana en las ultimas elecciones se vio acorralada entre la seductora propuesta de un pinochetista de los suyos que milita en un partido de derecha llamando a su militancia burguesa mas reaccionaria para apoyarle a el y entre el crecimiento de los partidos socialdemócratas y liberales que con Michell Bachelet han derrotado electoralmente a varias de sus figuras. Viendo disminuir de manera importante su votación y representación parlamentaria y ante todo su hegemonía en la alianza de gobierno. Proceso que comenzó en el gobierno de Lagos y es quizás el principal responsable de su profundización, reflejada en sus resultados electorales.

¿Un parlamento izquierdizado?

Los principales dirigentes de la UDI, como Pablo Longueira, han lanzado varios llamados de alerta ante -lo que según este partido ultra derechista - es la "izquierdización del parlamento", tras comprobar los resultados de las ultimas elecciones parlamentarias.

Todo lo que amenace terminar con el control político ejercido a través del parlamento por parte de los partidos tradicionales y pinochetistas de la burguesía chilena es sin duda algo preocupante para la clase dominante. El mismo partido que se auto proclama como "el partido popular" y que según sus dirigentes quiere sacar del mapa a la Democracia Cristiana, en lugar de estar contento con la baja de su supuesto adversario ahora solo comenta cuan "izquierdizado" se ha puesto el parlamento!. Sin duda que si los resultados electorales hubiesen seguido manteniendo la hegemonía de la DC en la alianza de gobierno y mayoría en el parlamento poco y nada habrían dicho estos políticos fachos.

Sin embargo, la preocupación de Longueira y que recorre las mentes de todos los políticos de los partidos de la burguesía están fundamentadas por resultados concretos de las últimas elecciones. Esto incluye la mayoría parlamentaria de la Concertación y el triunfo de Michell Bachellet, bajo el apoyo explicito del Partido Comunista a la candidata oficialista. La derrota electoral de la derecha y el ánimo con que la mayoría de la clase trabajadora apoyo a Bachelet sin duda que ha despertado muchas expectativas para el próximo nuevo gobierno de la Concertación.

Pero las expectativas y las ilusiones por mejores condiciones de vida de la mayoría de los trabajadores y los jóvenes que han apoyado a la Concertación son un problema con que el gobierno y particularmente sus políticos "progresistas" se verán enfrentados en el corto plazo. Las promesas de reformar el sistema previsional con el fin de evitar una catástrofe social, con la mayoría de los trabajadores y trabajadoras recibiendo jubilaciones extremadamente bajas y lanzados directamente hacia una pobreza extrema, son sin duda un gran problema.

En las últimas semanas se ha visto como las empresas de salud –Isapres- y de fondos de pensiones han reaccionado ante las declaraciones de Guido Girardi, quien tuvo el atrevimiento –posible gracias al privilegio del fuero parlamentario- de tratar estas empresas y sus dueños como "ladrones de corbata blanca". Lo primero que hicieron estas empresas fue amenazar con una querella y con esto la posibilidad del desafuero para este parlamentario. Es decir, dejar fuera de combate a quien desde el parlamento plantee siquiera este tipo de criticas que son comentarios habituales en las mesas, en la calles y en los lugares de trabajo.

Esta claro que la clase dominante no quiere cambiar las reglas del juego en favor de la mayoría de la población, pero también quedara claro que cualquier tipo de reforma que se intente llevar a cabo será solo para asegurar que en un próximo futuro el gasto social del estado no se dispare y se encuentre desobedeciendo las exigencias del FMI y de sistema financiero. Incluso una reforma como la aplicación del Royalty a las empresas mineras sigue siendo resistido y derechamente rechazado por sus dueños.

A pesar de lo poco que pueda afectar al bolsillo de los empresarios, que no quieren dejar de perder ni un peso, estos proyectos de reformas solo vienen a dejar claro cuan fracasado es el sistema previsional de los trabajadores en manos de un grupo al que solo le interesa el lucro y cuan escandalosa es la forma –propiedad privada - como se saquea el principal producto minero del país. Esto entre otros problemas que enfrenta la sociedad chilena, como la cuestión medioambiental que ya no es solo un "tema" sino un gran problema y que refleja dramáticamente y con consecuencias desastrosas la crisis del sistema capitalista.

En el próximo periodo podremos ver como desde el parlamento, y desde el gobierno también, cualquier intento por enfrentar seriamente la distribución de la riqueza se vera fracasado debido al rechazo abierto de los empresarios, la derecha política y los neoliberales de la Concertación, que a riesgo de seguir perdiendo popularidad por defender a los ricos, seguirán manteniendo las ganancias de las grandes empresas.

¿Tiempo para un nuevo partido de los trabajadores?

Muchos trabajadores, trabajadoras y jóvenes ven con simpatía al próximo gobierno encabezado por Michell Bachelet, y sin duda albergan la idea de que será un buen gobierno. Pero una cosa es lo que el gobierno pueda y este en condiciones de hacer y otra distinta es lo que el movimiento de los trabajadores pueda hacer con sus propias manos.

En las últimas décadas – y bajo el sistema económico - la clase trabajadora ha experimentado una fuerte sacudida en el modo de vida y sobre todo en la forma de relaciones económicas y sociales que se han impuesto bajo el capitalismo neoliberal y globalizado.

Las políticas aplicadas desde la dictadura, que en muchos aspectos se acerca a una forma de dominación a lo que George Orwell relataba en su novela "1984" donde, obviamente estableciendo las diferencias con la dominación estalinista, existía un pensamiento único, oficial.

Bajo nuestra realidad existe un apego extremo a la idea de que el mercado lo regula y lo resuelve todo y donde los empresarios y la inversión son los únicos que pueden hacer progresar la sociedad. Nada mas alejado de la realidad, puesto que los mismos a quienes los gobiernos de la concertación han dado todas las garantías para que lucren, no hacen mas que oponerse a que la mayoría de la población disfrute de la riqueza que se crea con el saqueo por ejemplo de los recursos naturales. Este pensamiento único también es defendido por quienes aun militan en partidos que en el pasado eran tradicionales de la clase trabajadora, como el Partido Socialista, que durante el siglo XX y a pesar de tener siempre direcciones burguesas siempre contaron con el apoyo de la clase trabajadora, por lo que este partido defendía.

En las últimas décadas sin embargo este partido giro a la derecha y simplemente se ha convertido en un partido funcional al sistema capitalista, abandonando cualquiera de las políticas reformistas de izquierda e incluso revolucionarias que defendió en el pasado. La mayoría de sus dirigentes es y vive como viven la clase alta y los políticos de la derecha, compartiendo las mismas zonas del barrio alto y en balnearios como Cachagua.

Y aunque esto quizás también pasaba en los años 50, 60 o 70, por lo menos unos defendían los intereses de la clase trabajadora y ciertamente había muchas diferencias con el tipo de sociedad a la que se aspiraba. Antes, partidos como el socialista chileno abiertamente estaba por la transformación socialista de la sociedad, pero hoy ya no y su militancia claramente se acerca mas o derechamente a estar compuesta por personas de sectores medios, profesionales, carreristas y funcionarios.

Pero si el partido socialista ya no es mas socialista y simplemente defiende políticas cercanas a lo que la social democracia europea represento en el pasado, el otro partido tradicional de izquierda y que también tenia un gran apoyo de la clase trabajadora chilena: el Partido Comunista, se vio afectado ante todo por su histórica política de colaboración de clases y en los 90el colapso de la Unión Soviética y su fracasado proyecto de socialismo en un solo país.

El PC es sin duda el partido tradicional izquierda y con una gran base militante de la clase trabajadora que sufrió mas que ningún otro la caída del muro. Muchos de sus mejores militantes abandonaron el partido en a fines de los 80, muchos yéndose para la casa, otros girando mas a la derecha y afiliándose a los partidos de la Concertación como el PS o PPD. Sin embargo, su dirección se mantuvo defendiendo la misma política aplicada durante el siglo XX, aunque sacando de su lenguaje, aunque no tanto como el PS, el planteamiento estalinista de desarrollo nacional, socialismo local y por la defensa, aunque sea solo en el papel, de los derechos sociales y económicos de los trabajadores.

Si los resultados electorales hubiesen sido mas favorables para la izquierda, los pasos y la discusión sobre la necesidad de un nuevo partido de la clase trabajadora se hubiese vuelto a retrasar?. El surgimiento de una fuerza política que esta planteando reformas económicas y sociales importantes mediante un rol mayor del aparato estatal sin duda hubiese sido bienvenido por sectores importantes de la clase trabajadora con mayores problemas de pobreza. Sin embargo esta perspectiva no cambiaria para nada la conclusión de que la clase trabajadora y su sector mas activo políticamente deba hacer un intento serio por levantar una alternativa política de clase.
La primera cuestión que surge tras el proceso de discusión sobre una alternativa propia de clase es bajo que nombre le damos forma a un paso tan trascendente como lo es la unidad de los trabajadores y trabajadoras con el fin de luchar por nuestros intereses y por mejorar nuestras condiciones de vida y de los sectores mas empobrecidos que viven bajo condiciones que dificultan o impiden un accionar mas cohesionado para defenderse y luchar contra el sistema que origina sus problemas.

La experiencia vivida durante el siglo pasado y en especial durante las últimas décadas por parte de los trabajadores es la base con la que contamos para comenzar a dar forma a lo que queremos para el futuro. Esta experiencia esta directamente ligada con el rol que han jugado los partidos tradicionales de la izquierda y cual ha sido la influencia que el movimiento de los trabajadores ha logrado sobre las políticas de sus distintas direcciones.

No cabe duda que hoy el movimiento de los trabajadores tiene muy poca influencia en las políticas que defienden los tradicionales partidos. Que se dieron vuelta la chaqueta apoyando políticas patronales o simplemente no han sacado conclusiones sobre su actuar en el pasado o se niegan a reconocer las grandes alteraciones en las relaciones de producción que han tenido lugar bajo las políticas fundamentalistas del capitalismo representadas por el neoliberalismo y que han determinado enormemente las relaciones sociales y por supuesto la conciencia de la mayoría de la población, todo esto bajo dictadura militar y luego bajo una hiper controlada transición democrática.

Por eso el concepto de partido es lo que mas se acerca a la forma para cohesionar a la clase trabajadora y los sectores mas pobres, esto también esta determinado en gran parte por que muchos trabajadores de una generación mayor que comienzan a sacar la conclusión de un nuevo partido han militado, apoyado y vivido bajo su experiencia con los partidos tradicionales. De esa experiencia hay que rescatar lo mejor para ponerla al servicio del nuevo partido, dejando atrás lo que ha hecho que los antiguos partidos no cuenten hoy con el apoyo conciente y mayoritario de la clase trabajadora en su conjunto.

Para defender de manera clara y decidida las demandas de los trabajadores se requiere hacer un llamado abierto a todas las organizaciones y personas que de manera aislada están luchando por mejorar las condiciones de vida o se enfrentan contra los problemas que genera el sistema económico y político. Una organización amplia, con un carácter de clase definido y una forma de participación democrática es lo que se requiere. Los problemas que enfrentamos los trabajadores hoy abarcan una gran gama de luchas que van desde el saqueo y explotación de los recursos mineros, los efectos causados por la industria pesquera, forestal o frutícola, así como los salarios, las jornadas de trabajo, la educación, la salud y la previsión.

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