Despidos masivos o disminución salarial
Patricio Guzmán, Socialismo Revolucionario, CIT Chile.
21 de enero del 2009.
En estos términos plantea la prensa, alineada con los grandes empresarios, el dilema de las empresas en Chile ante la crisis económica.
En ausencia de un plan económico, cada empresa busca mejorar su situación para enfrentar la recesión en el 2009, y aligerar sus costos, despidiendo personal. Los despidos masivos en Chile, ahora son pan de cada día.
Mientras las nuevas inversiones se paralizan sector tras sector de la economía privada.
Las soluciones por las que presionan los empresarios, simplemente son más de la misma política económica que ha llevado al mundo a una situación económica trágica.
En una economía calificada en el lugar 11 de “libertad económica”, o sea de desregulación y flexibilidad en el empleo y el despido, insisten en pedir aún más flexibilidad.
Han comenzado una campaña para que las empresas puedan rebajar los salarios, “en lugar de despedir gente”, lo que sin duda se traduciría en una rebaja general de las remuneraciones, bajo el chantaje de la amenaza del despido masivo, incluso en empresas que no hubieran contemplado esta posibilidad.
El empleo depende mucho más de la demanda y de la inversión, que de los niveles de los salarios.
El bajo nivel de los salarios, explica porqué Chile tiene una acusada desigualdad en la distribución de ingresos. Según el informe de desarrollo humano de
Con una economía abierta al capital extranjero, y orientada a la exportación, la contracción de la demanda mundial está teniendo importantes efectos sobre el país. Las principales cifras indican que la economía chilena está en recesión[1], y debido al bajo nivel de los salarios, a la restricción crediticia de los bancos, a la pésima distribución del ingreso nacional, la debilidad del mercado interno impide que la recuperación económica se base en la demanda y la inversión interna.
Los despidos masivos, y la presión a la baja de los salarios están agravando las dificultades, y se convierten en una verdadera profecía de recesión auto cumplida, profundizada por las clases dominantes.
Es necesario un curso radicalmente distinto. Una situación de crisis exige medidas audaces: que el estado se haga cargo de un plan nacional de obras públicas (hospitales, bibliotecas, centros culturales y de formación, obras para las Universidades públicas, carreteras, plantas de energía no contaminantes…) y construcción de viviendas y entornos sociales en los barrios, para generar empleo masivo. Los bancos que han recibido una millonaria ayuda estatal de 5.000 millones de dólares, pero que están dificultando el acceso al crédito y despidiendo masivamente trabajadores deberían ser nacionalizados, y puestos al servicio de las personas y la economía nacional. Las empresas que despiden trabajadores en gran número deberían ser intervenidas y puestas a trabajar bajo la gestión de sus propios trabajadores.
[1] Los indicadores económicos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) a 12 meses, correspondientes a noviembre de 2008, indican que:
· La producción manufacturera tiene una tasa de crecimiento negativo de -5.7%
· El índice de producción minera uno de -5.7%
· La distribución de gas, energía eléctrica y agua potable un índice de crecimiento de 0%
· Exportaciones -19,2%
· Importaciones -14,0%
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