CRISIS SOCIAL Y POLÍTICA EN CHILE
El tercer gabinete del gobierno de Bachelet en un año
Patricio Guzman, Socialismo Revolucionario, CIT Chile, Miércoles 10 de Abril de 2007
Desde hace un par de semanas tenemos el tercer gabinete del gobierno de Bachelet en un año. Chile tiene un sistema de gobierno presidencial, los cambios ministeriales no eran tan habituales en los gobiernos pasados.
El movimiento desde abajo abre paso a la crisis por arriba.
La sociedad chilena es progresivamente desigual, el 20% de la población percibe el 60% del producto interno bruto, y la tendencia es hacia la concentración creciente de la riqueza. Las promesas que se hicieron a la gente sobre la mejor calidad de vida como producto del modelo capitalista neoliberal ya no las cree la población. El acceso masivo a bienes de consumo ha sido posible por el recurso a las tarjetas de crédito y el endeudamiento general. Como resultado un sentimiento de frustración y rabia ha crecido en amplios sectores de la sociedad, y se está traduciendo en movimientos sociales de protesta.
Un tema sensible, el de la política habitacional, estalló cuando decenas de miles de propietarios pobres de viviendas sociales se vieron amenazados con el remate por deudas impagas. La política de bancarización, es decir traspaso de gran parte de la deuda social a los bancos privados agravó el tema. Las casas construidas son cada vez de peor calidad (muchas se llueven a través de sus murallas) y pequeñas, se llegó a construir casas de ¡25 y
El año pasado estalló un movimiento nacional de 600.000 estudiantes secundarios, se sucedieron las asambleas, las manifestaciones callejeras, las tomas de los colegios, los enfrentamientos con la policía. El gobierno se vió obligado a reconocer la mala calidad de la enseñanza, y aceptar que había que derogar
La mayor pesadilla de los capitalistas chilenos es la inestabililidad social y política que creían superada, porque alejaría la inversión extranjera y las oportunidades de negocio, pero sobretodo porque sigue en su memoria la emergencia del movimiento popular que durante algunos años amenazó la continuidad del capitalismo en Chile, y llevó a Allende a la presidencia.
Una diputada de la derecha declaró recientemente que el peor resultado de la improvisación del gobierno era que estaban enseñando a la gente que había que protestar para conseguir las cosas.
Los dos cambios en la composición de los ministerios fueron gatillados por grandes movimientos de descontento ciudadano, el movimiento de los estudiantes secundarios y la ira ciudadana por el fracaso del Transantiago.
Caída del gobierno en los sondeos de opinión.
A la seguidilla de escándalos de corrupción sin fin, se unen los problemas generales de salarios y trabajo, y las movilizaciones de los deudores habitacionales, los estudiantes secundarios, los usuarios del Transantiago. Los sondeos de opinión muestran como poco a poco pero con una tendencia clara,
Un dato no menor es el ingreso de nuevos actores sociales, los jóvenes adolescentes son el componente mayoritario de las manifestaciones, una nueva generación que no conoció los traumas de la derrota y la dictadura ha entrado en la vida social chilena. En los barrios populares las protestas han sido encabezadas mayoritariamente por mujeres.
"Con la economía no se juega"
Bachelet quiso dar una señal de estabilidad a los capitalistas, mantuvo los ministros, claramente neoliberales del área económica, y los reforzó con dos economistas neoliberales, uno de los cuales llegó para hacerse cargo del fracaso, ahora reconocido, del nuevo sistema de transporte público – pero privado- en Santiago. Si algo está claro, es que el gobierno es claramente de derecha, desmintiendo toda ilusión de "gobierno ciudadano" y progresista de una mujer con pasado de izquierda.
Como es lógico, los empresarios han manifestado su satisfacción por el refuerzo de los "liberales" en el gabinete.
Se anuncia un reacomodo de fuerzas políticas
Están dadas las condiciones para una reconfiguración del mapa político, tanto
El Partido por
En la derecha prosiguen los enfrentamientos y descalificaciones ya tradicionales entre sus principales liderazgos, entre los que desean abandonar las referencias al pasado Pinochetista, que creen que impide a la derecha ganar las elecciones presidenciales y los que vinculan la cohesión de la derecha con "la obra del gobierno militar". Además el ex candidato presidencial: Sebastián Piñera, uno de los empresarios más ricos del país, es atacado continuamente por sus aliados por "mezclar la política y los negocios".
A pesar del control de los medios de comunicación por tres grupos empresariales que siempre han pintado a la dictadura con los mejores colores posible la dictadura militar de Pinochet está irremediablemente desprestigiada por sus crímenes y violaciones sistemáticos de los derechos humanos y los millonarios robos de Pinochet, que han quedado finalmente al descubierto.
Muchos parlamentarios de
El debilitamiento al unísono de las dos grandes coaliciones – ambas claramente neoliberales - que han protagonizado la política chilena en los últimos 17 años, golpeadas por la emergencia de la protesta social, plantean la posibilidad de la rápida emergencia de caudillos populistas o de un nuevo partido de trabajadores. Los socialistas revolucionarios estamos claramente empeñados en esta segunda alternativa, los trabajadores y sus familias, los pobres y los jóvenes necesitan un instrumento político que represente sus intereses.
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